Parte de ellos...

día 177

Hoy ha amanecido un día tan frío como no se veía desde hace mucho tiempo, por eso al llegar a tu casa me has ofrecido un sitio debajo del edredón. Sinceramente a ti y a mí nos da igual el tiempo que haga, porque al final lo conseguimos y me morí de calor en pleno enero y en febrero y por supuesto en marzo. Y todo gracias a ti. Lástima que tenga que volver a mi casa a convivir entre pingüinos.

10 comentarios:

  1. Bueno, de esa manera aprecia más su calor ;)

    ResponderEliminar
  2. A mí también me pasa pero... cuando vuelves el calor te inunda y se te olvida el frío :)

    ResponderEliminar
  3. Has descrito lo mismo que yo siento muchas veces .. :)

    ResponderEliminar
  4. Sólo funcionará si en verano consigue el efecto contrario :)

    ResponderEliminar
  5. dile que se vaya a vivir contigo! quién sabe.. :)

    ResponderEliminar
  6. Te saca la sonrisa, inevitable como el calor que nace bajo los edredones.
    Un saludo desde El estante.

    ResponderEliminar
  7. Que calido relato, en un mundo a veces tan frio.

    ResponderEliminar