día 177
Hoy ha amanecido un día tan frío como no se veía desde hace mucho tiempo, por eso al llegar a tu casa me has ofrecido un sitio debajo del edredón. Sinceramente a ti y a mí nos da igual el tiempo que haga, porque al final lo conseguimos y me morí de calor en pleno enero y en febrero y por supuesto en marzo. Y todo gracias a ti. Lástima que tenga que volver a mi casa a convivir entre pingüinos.
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Bueno, de esa manera aprecia más su calor ;)
ResponderEliminarA mí también me pasa pero... cuando vuelves el calor te inunda y se te olvida el frío :)
ResponderEliminarque bonito es construir iglús :D
ResponderEliminarHas descrito lo mismo que yo siento muchas veces .. :)
ResponderEliminarSólo funcionará si en verano consigue el efecto contrario :)
ResponderEliminarQue lastima, de verdad :(
ResponderEliminardile que se vaya a vivir contigo! quién sabe.. :)
ResponderEliminarTe saca la sonrisa, inevitable como el calor que nace bajo los edredones.
ResponderEliminarUn saludo desde El estante.
Que bien escribes!
ResponderEliminarQue calido relato, en un mundo a veces tan frio.
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