Parte de ellos...

día 229

Allí estaba, recorriendo el mismo camino que había hecho cientos de veces para ir a verte, sólo que aquella vez no iba a verte a ti. La pobre lo interpretó como una señal del destino o lo que fuera, y se la ocurrió la extraña teoría de que si cerraba los ojos bien fuerte podría regresar a alguno de aquellos días en los que ese mismo camino la llevaría hacia ti. Ni os imagináis lo ridícula que estaba caminando por Lavapiés cerrando los ojos cada cuatro pasos. Pero lo deseaba con tantas, tantas fuerzas que no la importó en absoluto.

9 comentarios:

  1. (de esas historias que no sabes por qué te dejan con el corazón latente de amor y las lágrimas dulces en los ojos.)

    <3

    ResponderEliminar
  2. Lavapiés siempre ha tenido mucha... mucho...
    We love it.

    ResponderEliminar
  3. Dicen que cuando alguien desea algo con todas sus fuerzas, todo el universo se pone a su favor para que lo consiga.

    Quizás si aprieta los ojos más fuerte...


    Muack! :)

    ResponderEliminar
  4. ¿Y que vez recordaba en concreto?,¿tenía suficiente memoria como para acordarse de la primera?,¿o suficiente valor como para acordarse de la última?.¿o quizás era una mezcla de cada una de ellas?
    Increíble,ya lo sabes.

    ResponderEliminar
  5. Y a veces ocurre también que pasas por estaciones de metro o haces transbordos que hiciste en su día para ver a alguien, "camino a la felicidad" Y duele que no veas. Ai...

    ResponderEliminar
  6. No pierdas la esperanza. Tal vez vuelvas a verle :)

    ResponderEliminar
  7. Desear... desear tanto y conseguir tan poco... muy buen texto!

    te sigo... :)

    ResponderEliminar
  8. A veces no basta con desear algo, hay cosas que no son posibles...

    ResponderEliminar