Parte de ellos...

día 200

Cuenta P. que, un poco sin quererlo, cada día se parece más a Susana y es que hay hasta quien se atreve a llamarla rompecorazones. Que por mucho que quieran negarlo, Ethan y María siempre seguirán volviendo a caer, y es que no hay nadie más inocente que él. También dice que como mujer exacta no se quiere dar por vencida, por muy vaga que sea y no, este no es un autoengaño. Que pasar de un vaya par de tontos a un nosotros no es tan fácil como parece, que sí que es sólo eso buscar las señales y dar el primer paso, pero eso no es tan sencillo. Y eso que la suya sólo es una vida más y últimamente se han encargado de recordárselo, pero para bien.
Algún día P. os vendrá a contar que fue lo que pasó con Noli y con aquel chico sin nombre que, como tantos otros, no era más que un maldito optimista. Y repetirá mil veces eso de que las mejores historias siempre ocurren entre los andenes de una estación de tren, aunque aquella vez P. y él se volvieran en autobús que por algo no usa eso de "fuimos perfectos" con cualquiera. Seguro que también os saldrá con su más que consabido "Como dijo Jarabe de palo..." o puede que lo dijera Love of Lesbian y hasta Vetusta Morla, nunca se sabe.
Todo el mundo sabe que la extraña familia de P. en ocasiones es maravillosa y en otras insoportable, pero es que como todo tiene sus más y sus menos, aunque en realidad a P. le encanta y normalmente agradece a ver nacido donde nació y no en otro sitio. Que sólo ha celebrado de veras el día de los enamorados una vez en su vida y, como no podía ser de otra forma, tuvo que ser contigo, aunque ya nada sea lo que era. La tonta de P., que no se sabe ya cuantas veces ha intentado tener un cuaderno como el cuaderno de Sofía, pero es incapaz, ella y su maldita inconstancia que la trae siempre por el camino de la amargura. La pobre vive en una eterna historia de un abandono tras otro, y no sólo con las cosas, también con los demás. Que aunque se pase la vida planeando su huida sigue siempre en Madrid. Y es que es una cobarde, cree que la mayoría de las veces ellos no saben nada de nada y que cuando empiezan a saber se vuelven peligrosos. Pero a pesar de todo sigue siendo la misma ilusa de siempre, que por muchos donde dije digo digo Diego que escuche ella va a seguir pensando que algún día vivirá historias de médicos, que lo más importante de todo son las personas que merecen la pena.
P., la coleccionista de historias, de todas las que ve a su alrededor, de las que existen de verdad, de las que solo lo hacen en su cabeza. Y es que le gusta usar cada letra del abecedario al menos 200 veces al día aunque a veces hay personas o personajes totalmente indescriptibles. Sí, P. también se puede quedar sin palabras.

10 comentarios:

  1. Yo no me quedo para los 300,sino que me quedo para cada centenario que hagas :)

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  2. Una entrada muy bien enlazada. Está muy bien escrita. ;)

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  3. me ha gustado mucho la entrada de hoy. espero ver otras 200 y muchas mas :)

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  4. Ala, me encanta lo escrito. Como lo has mezclado todo en la batidora... como si fuera mayonesa que has conseguido que no se corte.

    Muá

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  5. Me encanta! enhorabuena por los 200 y que se han muchos más!

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  6. como me encanta todo lo que escribes :)

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  7. felicidades y a por 100 más!
    sin olvidarnos como siempre de que es una muy buena entrada ;D

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  8. Yo si que me quedo sin palabras, ha sido genial como has enlazado todas las historias :)

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  9. Me ha encantado esta entrada <3
    Felicidades por las 200 :)

    Crêpes.

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  10. Increíble, ya tuve esta sensación de notar como se van poniendo todos los pelos de punta mientras te leo... Me encanta tu forma de escribir y ese don de amélie, de poder hacer un mundo de algo insignificante :)

    Gracias por pasarte por mi blog!

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