Parte de ellos...

día 131

En el bar de la esquina sonaba Frágiles de Pereza. La hija de la vecina del quinto embadurnaba de pasta de dientes su cepillo del pelo, para limpiarle los dientes a su amigo el gigante. La rubia de la farmacia retorcía entre los dedos un mechón de pelo mientras reía sin parar las gracias del chico que descargaba el material, todas las semanas igual. Y nosotros estábamos sentados en un barco del parque. Fue justo en ese momento, lo recuerdo a la perfección, las 11:47 de la mañana de aquel bonito día de septiembre. Tú dijiste alguna de esas tonterías que sabes que me encantan y entonces lo entendí, fue entonces cuando me dí cuenta de que no podía haber sido más estúpida al afirmar que no existía el amor.

11 comentarios:

  1. Ya ves... nunca podemos decir nunca ;)
    Genial la entrada!

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  2. y... cuando menos lo esperamos, nos damos cuenta: el amor existe, y nosotros existimos con él

    :)

    adoro los días de septiembre, si no fuera por los malditos exámenes, sería perfecto

    :*

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  3. Un amigo gigante? No esta nada mal, me encanta. Muuaaaas!

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  4. Siempre existe ;]
    Te leo desde hace mucho, mucho.
    Un placer enorme! Me encanta ;]

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  5. Cada día me sorprendes más... Fan total de todas tus historias.

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  6. encontramos el amor en las cosas más pequeñas :)

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  7. ¡Un placer haber llegado hasta aquí por casualidad! Me hago seguidor tuyo... Un besazo.

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  8. 131?
    tengo pendiente leerme todos los que no he podido en las vacaciones
    estoy aquí de nuevo :)

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