día 95
Fuiste tú, si tú. Fuiste tú el que prometió que me querrías para siempre, el que no se cansó de repetir que siempre me estarías vigilando. El que más de una vez dijo que, por mucho que la vida diera vueltas, jamás se olvidaría de mí. Más de una vez dijiste que aunque estuvieras con otra me seguirías queriendo a mí. Que nunca querrías a nadie como que querías a mí. Tú me prometiste el cielo y las estrellas, me hiciste creer que lo nuestro era especial, único e irrepetible. Y yo, que no me cansaba de repetirte "eso es mentira", como una tonta te creía.
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Es mentira después. En el momento es verdad.
ResponderEliminar;)
Ya te digo...
ResponderEliminarUn beso!
Hasta que se encuentra al que lo dice de verdad de la buena.
ResponderEliminarUn muá(h) y un sugu de limón!
Pero el problema casi siempre está también en nosotros. Quizá esperamos demasiado. Tenemos que comprender mucho más de lo que lo hacemos.
ResponderEliminarNo deberían hacerse promesas sin un certificado de autenticidad y compromiso. Muás.
ResponderEliminartodo es mentira. y el amor tambien.
ResponderEliminarprometer un sentimiento es como dejar volar un globo y adivinar cuando va a explotar.
ResponderEliminarun saludo en la lejania.
una vez prometí eso, pero te digo en el momento fue verdad.
ResponderEliminarOpino lo mismo que Sara..
ResponderEliminarEn el momento es verdad..
Luego, las cosas cambian y bueno..
¿Quien puede negar a creerse esas mentiras cuando te hacen tan feliz?
ResponderEliminarLas cosas siempre acaban, hasta que alcanzas una que parece no tener fin.
promesas que no valen nada, nada, nada, nada... pero bueno. La vida sería muy aburrida si todo saliera bien... no aprenderíamos nunca.
ResponderEliminar:)