Parte de ellos...

día 80

La verdad es que ni tan si quiera Mar sabe lo que pasó aquella noche del primer encuentro entre Noli y el chico del bar. Tiene sus suposiciones, como todos. Y es que lo más probable es que comenzaran a liarse tras la segunda o tercera copa de alcohol, en alguna esquina medio escondida del local. Después la habría engañado con palabras bonitas, la habría dicho que ella era especial y todas esas cosas. Y, siendo como es Noli, la habría dejado medio enamorada. Ella como una tonta la habría dado su teléfono, y el resto de la historia... Bueno, el resto de la historia ya la conocéis.

Pero lo cierto es que no pasó nada de eso. Lo que realmente paso es que sentaditos en un recoveco del Paseo Moret, en el suelo por supuesto, ella medio tumbada con toda su melena rubia desperdigada sobre las piernas de él, les sorprendió el nuevo día. Los dos con cara de tontos, sin creerse aun lo que les acababa de pasar.

-¿Sabes?-susurro él, mientras la acariciaba el pelo. - Creo que jamás me había abierto tanto con nadie, no se porqué, pero siento que puedo contarte cualquier cosa.

-Lástima.- dijo ella.- Has elegido a la peor persona para eso. -Y acto seguido sonrió de oreja a oreja.- Espero no estar equivocada yo también.

6 comentarios:

  1. Tiene que ser especial un momento como ese.

    Oye, yo creo que tenemos que estar un poquito conectadas telepáticamente o algo así porque yo también tengo una chica Mar (que ya presentaré en mi blog, aún no lo he hecho) y uno de tus personajes se llama como yo =)

    Un muá(h) de los grandes!

    ResponderEliminar
  2. no se porque pero las relaciones que empiezan con sonrisas y amaneceres tienen asegurado un buen porvenir

    ResponderEliminar
  3. Pues ya he presentado a Mar en mi blog, a ver que te parece =)

    Y ya tengo ganas de seguir leyendo cositas de María.

    ResponderEliminar
  4. Me ha encantado! ;)
    Un beso.. por cierto, gracias por poner mi blog en lo de " Pasaros por..." jaja se agradece!
    Un beso enorme! :)

    ResponderEliminar
  5. a veces lo mejor es no esperar ni pretender nada.
    un saludo en la lejania.

    ResponderEliminar