Pero no hay dolor, y le gustaría sentirlo. Le gustaría morir cada vez que lo viera. Pero ya no era así, había dejado de importarle que él, el de las falsas promesas y las palabras bonitas, se hubiera ido con otra. Porque cuando le vió allí sentado besandola a ella no fue capaz de recordar ni uno solo de los ochocientos treinta y siete días que compartieron juntos. Lo unico que vió fue a un desconocido, particularmente mal vestido y cuyo pelo parecian plumas, besandose con una chica que no era especialmente guapa y que carecia totalmente de tetas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Parecidos razonables con...
abecedario
andenes
autoengaño
chica polar
como dijo Jarabe de Palo
con matasellos de...
contigo
donde dije digo digo Diego
el cuaderno de Sofía
el día de los enamorados
ellos
Ethan y María
fuimos perfectos
historia de un abandono
historias de médicos
historias intergalácticas
inocente
la coleccionista
la extraña familia
Laura y Pedro
maldito optimista
mujer exacta
Noli
nosotros
personas o personajes
planeando
rompecorazones
señales
sin palabras
solo eso
Susana
una vida más
vaya par de tontos
a eso se le llama olvidar de manera perfecta:)
ResponderEliminarOdiarle es, a lo mejor, darle demasiada importancia.
ResponderEliminarBesos
Bonito blog :)
ResponderEliminarla indiferencia es el mejor de los desprecios, mucho mejor que odiar.
ResponderEliminarEse es el momento de hacer borrón y cuenta nueva. Ese es tu momento, no el suyo. Es el momento de empezar una nueva etapa y mejor que la anterior¿por qué no?
ResponderEliminarMe gusta mucho tu blog :) Besos
que lo has superado, realmente
ResponderEliminar