día 44
Llevaba toda la vida buscandola pero él no se había dado ni cuenta. Por eso no se sorprendió al encontrarsela sentadita en el suelo del intercambiador de Moncloa, con esos pantaloncitos tan cortos que le gusta usar en verano, sus inmensos cascos y las converse rosas y por supuesto una bolsa gigantesca de frutitas de gominola aferrada a la mano. No, no se sorprendió, ni pensó en ninguna de esas tonterías relaccionadas con el destino. Simplemente pensó que esa chica tan rubia tenía una sonrisa muy bonita. No podía ni imaginar lo que le traerian de cabeza, aquella rubia y su sonrisa.
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Porque el destino de Noli estaba muy ligado a él. :)
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarMe ha gustado muchisimo! Me encanta como escribes ^^
Saludos Franceses!
Mmm... frutitas de gominola!Espero que le diese unas pocas... :p
ResponderEliminarUno nunca sabe donde puede encontrar lo que ha estado buscando toda su vida, por eso hay que llevar los ojos siempre bien abiertos.
;)
me gustan estas cosas cortas y grandes :)
ResponderEliminarbuen texto me encanta como escribes!!
ResponderEliminarsaludos desde el alba!
Supongo que en el momento uno sencillamente no se da cuenta, no?
ResponderEliminarLove it!
decir qe adoro tu blog es poco <3
ResponderEliminarEs lo que tienen las rubias con converses rosas, que con una sonrisa Zas! nos cazan :D
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